Desde el Partido Vecinal LLIBERTAT LLUCMAJOR denunciamos con absoluta contundencia la vergonzosa situación en la que se encuentra el CEIP Urbanitzacions. No vamos a permanecer en silencio ante lo que entendemos como una gestión negligente que perjudica a nuestros niños, a sus familias y a la imagen del municipio.
La comunidad educativa y la AMIPA alertaron con antelación de su preocupación por el inicio del curso; la Alcaldesa respondió asegurando que «estaría todo en plazo». Hoy constatamos, una vez más, que su palabra no vale: las actuaciones de derribo fueron acometidas tarde y la comunidad escolar ha visto cómo las obras han sido gestionadas con improvisación y falta de previsión. Esto no es una discrepancia administrativa: es una falta de respeto hacia quienes confían en la escuela pública.
Aunque el Ayuntamiento inició los trabajos de derribo semanas antes del verano, y la prensa local recogió el inicio de las obras el 28 de junio y su conclusión en fechas posteriores, consideramos que llegar «a prisa y corriendo» no exime de responsabilidad política: el derribo fue una sentencia que llevaba años sobre la mesa y la demora en ejecutarla ha causado un daño evitable a la comunidad educativa.
A esta pésima gestión del edificio se suma otra realidad inaceptable: la acumulación de basuras en los contenedores colindantes al colegio, un problema que los vecinos y la oposición venimos denunciando reiteradamente año tras año. La falta de un servicio de recogida y una gestión adecuada de residuos convierte el acceso al centro escolar en una imagen degradante y nada recomendable para un entorno formativo. Exigimos explicaciones claras sobre por qué no se actuó antes y por qué no se protegió debidamente a la comunidad escolar.
No aceptamos excusas. La acumulación de problemas (sentencia de derribo pendiente durante años, actos de obra gestionados con retraso, y deficiencias en la limpieza y recogida de residuos) demuestra una conducta política negligente. Los vecinos tenemos derecho a saber qué ha fallado y quién asumirá responsabilidades.
La Alcaldesa de Llucmajor pasará a la historia, no por ser la primera mujer que ostenta el cargo, un hecho que deberíamos celebrar, sino por ser la más ineficiente en la defensa de los intereses de nuestros niños y de la calidad de los servicios públicos. Una verdadera lástima que nos toca aún aguantar a todos los vecinos hasta las elecciones de mayo 2027.
Palabras de Alexandro Gaffar, portavoz del Partido Vecinal
Cabe recordar que antes de la sentencia del derribo, hubo una negociación para evitarlo con el visto bueno del juez y la parte que denunció que las obras se acometieron ilegalmente. Pese a ello, la actual Alcaldesa, que en ese momento era la Teniente de Alcalde de Educación, se negó a aceptar el acuerdo. Dicho acuerdo consistía en mejorar el parque infantil, la zona verde y plantar árboles para compensar el terreno público que fue pérdido por la obra ilegal del centro. Así todos hubieran ganado: el Ayuntamiento, los vecinos de la zona, el centro y las familias. Pero la cabezonería política del "yo soy quién manda" que tanto caracteriza a los gobernantes de Llucmajor fue el principal escollo para esta solución.