Ante los acontecimientos de descontrol, fiestas no autorizadas, botellones masivos, daños en mobiliario urbano, y quejas constantes de los vecinos por la inseguridad y las molestias por el turismo de borrachera: desde el Partido Vecinal LLIBERTAT LLUCMAJOR se han registrado dos propuestas de resolución que serán debatidas y votadas en el próximo Pleno del Ayuntamiento de Llucmajor.
La primera propuesta es para aprobar la instalación de cámaras de videovigilancia en los puntos más problemáticos del municipio. Esta propuesta se encontraba en el Acuerdo de Gobierno con el que el Alcalde logró la vara de mando, pero que posteriormente renegó al pactar con tránsfugas. Hace meses se propuso por el Partido Vecinal y fue rechazada en el Pleno, se espera que esta vez prospere. La propuesta es una de las reivindicaciones históricas de la Asociación de Vecinos Amics de s’Arenal.
La segunda propuesta es para que el Ayuntamiento prepare una ampliación de la plantilla de agentes de la Policía Local, así como solicitar refuerzos y una mayor colaboración con Delegación del Gobierno a través de la Guardia Civil.
La primera propuesta es para aprobar la instalación de cámaras de videovigilancia en los puntos más problemáticos del municipio. Esta propuesta se encontraba en el Acuerdo de Gobierno con el que el Alcalde logró la vara de mando, pero que posteriormente renegó al pactar con tránsfugas. Hace meses se propuso por el Partido Vecinal y fue rechazada en el Pleno, se espera que esta vez prospere. La propuesta es una de las reivindicaciones históricas de la Asociación de Vecinos Amics de s’Arenal.
La segunda propuesta es para que el Ayuntamiento prepare una ampliación de la plantilla de agentes de la Policía Local, así como solicitar refuerzos y una mayor colaboración con Delegación del Gobierno a través de la Guardia Civil.
Alexandro Gaffar, Portavoz de LLIBERTAT LLUCMAJOR:
La situación es terrible para muchos vecinos. Recibimos a diario centenares de quejas porque se sienten abandonados ante la oleada de estudiantes que campan a sus anchas bebiendo alcohol y sin respetar las ordenanzas municipales ni las medidas de prevención del COVID-19. El año pasado se debería haber aprovechado para acometer las inversiones necesarias para un mejor turismo, y por no hacerlas este año sufrimos el turismo de borrachera de nuevo.